17 mayo 2010

23 minutos

Yo no sabía vomitar, de eso me di cuenta cuando por varias ocasiones lo intenté.

Una revolución de palabras sin imágenes, de sentimientos sin palabras, de movimientos sin intención.

Faltan 4 minutos para que suene mi despertador, pero todavía no me voy a levantar. En cuarenta segundos el semáforo cambiará a verde. En cuatro años terminaré mi carrera. En 10 minutos llegaré a la cima del cerro. Mi madre me visitará dentro de 3 días. En un mes terminaré de leer este libro. En 20 minutos dejaré de escribir. Nos toma 50 milisegundos diferenciar entre un estímulo y otro. Solo lo sentenciaron 2 años al desgraciado. Faltan 15 minutos para dejar de escribir.
Luego dije, tengo 1 año preparándome para esto.
He descubierto, la más antigua de mis voces.
Mi cuerpo se ha hecho más fuerte.
He estado por instantes en mi centro.
He comprendido la impermanencia.
He dejado de comprender la impermanencia.
He visto la luz.
He habitado en la sombra.
Mis ojos se han volteado.
Ya es hora. Algo tiene que salir...

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